Manejar con cierta pericia el oficio en medicina china requiere de un compromiso serio, profundo y continuo por parte del practicante.   

Llegar a dominar el arte lleva toda una vida de esfuerzo, estudio, reflexión y aprendizaje.   

En mi opinión, este arte debe fundamentarse sobre la ética, el respeto por las enseñanzas antiguas, por los maestros transmisores y por los pacientes.  Solo así la compasión guía la práctica.  

Aprender y practicar de manera seria y profesional es el único modo de mantener nuestra conciencia en paz y en conexión con el verdadero espíritu de esta tradición.  

Claro que esto lo convierte en un sendero de largo recorrido, donde la paciencia y la perseverancia deben acompasarse al ritmo lento y natural de las estaciones.  

Este es el camino que propongo, transitarlo depende de cada uno, podemos hacerlo juntos.