Si solamente supiéramos rotundamente, absolutamente, que nuestros más diminutos actos, nuestros más diminutos pensamientos, alcanzan tales lejanos efectos; poniendo en marcha fuerzas en movimiento; alcanzando las más lejanas galaxias; actuaríamos, hablaríamos y pensaríamos de forma muy cuidadosa.  Qué preciosa vida aparecería en su integral totalidad!

Resulta ser maravilloso e inquietante.  La responsabilidad es aterradora y fascinante en su profundidad e integridad, conteniendo de este modo la perpleja inseguridad de ser un Ser único, y el profundo consuelo de formar parte de la Indivisible Eterna Totalidad.

Y todos tenemos el derecho a, y podemos obtener la realización de este maravilloso sentido de la vida; siendo cada uno una simple parte de todo ello; una visión única de la totalidad.

 Irina Tweedy