Por lo tanto, los que se abren paso hacia el Camino vuelven a la claridad y la tranquilidad.
Aquellos que fijan su atención sobre las cosas terminan por no actuar en consecuencia.
Si usas la calma para nutrir tu naturaleza, y usas la quietud para traspasar tu espíritu, entonces entrarás por la puerta celestial.
Huainanzi - (139 a.n.e.)
Las voces de la experiencia
La efímera inmortalidad del eterno presente
La belleza en todas las cosas
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